Historia y Filosofía... ¿Para qué?
La Historia que queremos (construír?)
La mayoría de los compañeros de la carrera nos hemos hecho esta pregunta muchísimas veces, pero no necesariamente cerca de recibirnos: esta inquietud surge apenas la iniciamos y es un debate que atraviesa nuestra cotidianeidad en las aulas. No sólo surge desde las expectativas que traemos a la facu acerca de las materias y contenidos, sino también desde nuestro proyecto de profesionales, los objetivos que tenemos de tener un determinado rol el día de mañana con “el título bajo el brazo”. Y es en estos dos puntos donde surge la importancia de preguntarnos: historia para qué?.. o para quién?.. o desde quién? Para empezar, podemos plantear que hay distintas maneras de hacer historia: en breve van a estar empapados de debates metodológicos, sobre todo en la materia Introducción a la Historia, donde se hace un paneo general de las distintas escuelas historiográficas. Pero es aquí donde nos tropezamos con un problema clave: muchos de estos debates se encuentran desactualizados y sobre todo bastante alejados de nuestra realidad social. Es importante que veamos que hoy es necesario hacer historias y no una Historia cuyo objetivo sea legitimar ciertas estructuras que ya de por si se encuentran naturalizadas, y que contribuyen a legitimar la opresión y explotación de nuestro pueblo. En este sentido, muchas materias de la carrera están apuntadas a una Historia Oficial, cuyo punto de vista occidentalista hoy resulta anacrónico por varias razones. En primer lugar, hay muchos movimientos que han realizado nuevas experiencias de búsqueda de otras historias que desvelan una realidad muchas veces oculta detrás de los intereses de la Historia Oficial. Es así como se han empezado a construir, por ejemplo, historias de las mujeres, historias de los movimientos sociales, de las culturas, de los pueblos originarios…. En segundo lugar, poco a poco van a ir encontrándose con la necesidad de respuestas a los problemas sociales actuales, porque es indiscutible que, al fin y al cabo, estudiar historia debe servirnos (o al menos debería) para comprender mejor el presente, para analizar críticamente nuestra realidad y actuar en consecuencia. Y es en esta búsqueda, no solo de conocimiento sino también de experiencias, que te invitamos a construir otras historias. Historias que hacemos día a día todos los hombres y mujeres en las cuales no esta todo dicho.
La Filosofía que queremos...
La filosofía que queremos es difícil definirla porque no es ella misma amante de la limitación. Sabemos que hoy, en nuestra facultad accedemos a un tipo de saber, que no es el único, y que no es ingenuamente delineado. Lo que pensamos hacer en la instancia de la universidad tiene muchos ecos en nuestros quehaceres futuros y es por eso que no debemos echar raíces allí donde parece terreno fértil sin antes explorar los infinitos caminos por donde nuestra creatividad e imaginación nos llamen para actuar.
Los profesores de filosofía, los licenciados y mas aun los filósofos, tendremos que adentrarnos en la sociedad, participar de sus instancias y así aportar herramientas para la transformación de aquello que parece dado, naturalizado, infranqueable. Somos nosotros también participes de la historia del pensamiento y de la acción, una historia que siempre guarda misterios y búsquedas para aquel que se enfrente a descifrarla. Estamos hoy, como siempre llamados a participar mediante la conciencia plena de una línea no neutral sino fuerte que se enfrente plenamente ante las injusticias del sistema siempre resuelto. La historia del pensamiento es también y quizás, únicamente, nuestra historia, nuestra voz tejiendo el porvenir de una realidad siempre cambiante, siempre cambiable, inexorablemente caminable.
Desde el aule te proponemos llenar todos los vacíos y mas mediante la acción comprometida y conjunta de la participación, a sumarte de lleno a la prueba necesaria de lo no-dado, para construir otras bases, sobre otros cimientos, todos y todas.
¡Los estudiantes volvemos a pagar los platos rotos!
Hace 10 años